En esta entrada quiero hablar sobre la
discriminación sexista, el ambiente nocturno y los
menores de edad.
Parece que lo que vende, lo que más ganancia aporta a ciertas discotecas famosas de Ourense es el
marketing sexista, un tipo de promociones que
en España son ilegales, al igual que en muchos estados de USA u otras partes del mundo.
Esta técnica fue importada de Nueva York, podemos hacer una referencia a
la película Studio 54, donde se escenificaba alguna escena que parece
ha inspirado a empresarios Ourensanos. Concretamente me refiero a las escenas donde había más gente fuera del local que dentro y el jefe del Studio 54 se dedicaba a seleccionar a las personas que entrarían a la fiesta, llegando al punto de que en muchas ocasiones había más gente fuera deseando entrar que gente dentro de la discoteca de fiesta. Produciendo una situación que a día de hoy sería bochornosa y vergonzosa pero que en su momento era el último grito en clubs y vips.
Esto no solo ocurre en Ourense, ocurre por desgracia en todo el mundo, la técnica parece funcionar, así se argumentan ciertas personas, que les parece bien la
discriminación sexista porque funciona y mucha gente entra a las discotecas y al funcionar los empresarios la utilizan porque le reporta beneficio, si no funcionase no sería usada.
Quiero decirle a estas ciertas personas que tienen esta opinión que no me gusta la
discriminación sexista, en este caso, una discriminación que
denigra a la mujer pues no la integra en la sociedad de forma activa más bien todo lo contrario,
la engaña para utilizarla como reclamo sexual.
Dentro de todo este proceso hay
ocio y alcohol por el medio y en muchas ocasiones muchos menores de forma indirecta también contemplan la situación, porque aunque la mitad de porteros de discoteca hacen bien su trabajo y piden los documentos de identidad, se sabe de sobra que la otra mitad no lo hace o lo hace solo por la apariencia y menores fácilmente pueden colarse.
Y aunque no se colasen en las discotecas siempre pueden rondar en los alrededores y ver perfectamente quien pasa y quién no pasa. Quién quiera comprobarlo que se anime a dar una vuelta e inocentemente hable con los jóvenes que vea, discretamente pregúnteles la edad y podrá evaluar su propia estadística
En esta sociedad donde protegemos al menor de forma activa tenemos que concienciar también a la sociedad sobre ello. No podemos evitar que los menores salgan por la noche un fin de semana pero sí podemos evitar que las discotecas hagan promoción sexista.
